Ir al contenido principal

Sueños irreductibles


En su libro 'Straw dogs' ('Perros de paja') el pensador británico John Gray desmonta por reducción al absurdo la idea de una 'voluntad' humana inmanente. Los datos que aporta para sustentar su tesis, fruto de concienzudos experimentos científicos, parecen inapelables.

 No existe el libre albedrío. Somos como somos y hacemos lo que hacemos porque sería físicamente imposible ser de otro modo o hacer algo diferente. Nuestra naturaleza está sujeta a unas leyes insoslayables a las que obedecemos con la convicción ilusoria de que actuamos con criterio propio y soberano. Creemos regir sobre nuestros destinos cuando ni siquiera somos responsables de nuestros actos. Bueno, vale, será así, no digo que no, solo digo que Shakespeare construyó su universo genial sobre esa premisa determinista (sin avales científicos en su época) y ese mismo universo nos sigue conmoviendo siglos después porque está forjado con la materia de los mitos y de los sueños eternos. Podremos no tener elección, pero tenemos la capacidad de tener sueños, que son el alma de la esperanza. Y la esperanza se sale de todas las ecuaciones deterministas y nos devuelve la ilusión de voluntad propia y de libre albedrío. Seremos pues marionetas del destino pero siempre que nos creamos únicos seremos libres a pesar de las evidencias científicas. Yo, por ejemplo, soy el rey Arturo. ¿Alguien se atreve a negarlo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Política extraña

Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Anécdota sobre Dalí

Refiere Fernando Arrabal una anécdota sobre Dalí que tal vez arroje alguna luz sobre la compleja personalidad del pintor. Según cuenta el escritor se encontraban ambos en Nueva York y Dalí invitó a Arrabal a una fiesta privada en la que era muy posible que se dieran prácticas orgiásticas.