Antes de yo buscarte te
encontraba
pero de hacerlo tardaba en
encontrarte
disimulando entonces no
ver que allí estabas
por la simple burla de
desconcertarte.
Fuiste fiel y bueno y
además roncabas
como quien no tiene en su
conciencia lastre
y fuiste tímido y jamás
entrabas
en casa, por más que me
empeñara en invitarte.
En tu manto de pelo limpio
y noble
lloro una pena que se irá
a buscarte
a lomos de ese tiempo que
fulmina al roble.
Bajo un naranjo que no acierta a llorarte
tu enorme cuerpo muerto abulta el doble.
Hay una eternidad que te
requiere. Parte.
Comentarios