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Mostrando entradas de mayo, 2012

Enjuiciar

  Desde que la agencia de rating erótico Standar&Suck ha rebajado mi calificación sexual a nivel de “Polvo Basura” con perspectiva negativa ligo menos que Michael Jackson en una orgía con mujeres de verdad. No es que yo haya sido o sea un don Juan precisamente pero tampoco tengo vocación de monje o de cura (no me van los niños) y considero una injusticia lo que han hecho conmigo. Los que se dedican a juzgar a los demás con conocimiento del peso de su veredicto deberían recapacitar sobre lo irónica que puede ser la vida. Por ejemplo, los sindicatos en España se manifiestan ante cualquier medida que suponga o pueda suponer un atentado contra el 'estado del bienestar', concepto éste que nadie se ha tomado la molestia de explicar, menos los sindicatos. Ahora resulta que un grupo de trabajadores despedidos por un sindicato se manifiestan del mismo modo que lo harían compañeros de empresas privadas, con la singular variante de que ningún sindicato los va a apoyar. Y eso es algo

Gran Gran Bretaña

Tratado de Utrecht, Artículo X. >>El Rey Católico, por si y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortaleza que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno. Pero, para evitar cualesquiera abusos y fraudes en la introducción de las mercaderías. quiere el Rey Católico, y supone que así se ha de entender, que la dicha propiedad se ceda a la Gran Bretaña sin jurisdicción alguna territorial y sin comunicación alguna abierta con el país circunvecino por parte de tierra. Y como la comunicación por mar con la costa de España no puede estar abierta y segura en todos los tiempos, y de aquí puede resultar que los soldados de la guarnición de Gibraltar y los vecinos de aquella ciudad se vean reducidos a grandes angustias, siendo l

Vanidad

¿Por qué somos tan débiles ante la vanidad? Admito que yo, sin batir records en este aspecto, tampoco soy inmune a los malas artes con que nos reclama, seduce y acaba por esclavizar esta puñetera Circe del alma, esta corruptora de menores de doscientos años, esta tramposa que se deleita haciéndonos caer en la trampa más antigua de la humanidad: la de creernos importantes. La naturaleza siempre se ha encargado de dejar bien claro nuestra insignificancia como especie y, utilizando una especial dureza, de lo prescindibles que somos cada uno de nosotros como individuos. Pero parece que no acabamos de entender el mensaje y caemos, generación tras generación, uno detrás de otro, en la ilusa promesa de una relevancia que nos está vedada en la historia. Este planeta seguirá girando cuando ya no estemos y no habrá ser vivo que vaya a cambiar las flores de nuestras tumbas. La vida es la vida de cada uno y al conjunto cósmico le importa un pimiento nuestra fugaz existencia. Todos somos sustitui

Cosas que se han dicho sobre relaciones y sexo

-Si no fuera por los carteristas y por los cacheos en los aeropuertos, no tendría ninguna vida sexual. (Rodney Dangerfield) -Yo soy tan buen amante porque practico mucho a solas. (Woody Allen) -Oh, Señor, concédeme castidad, pero no lo hagas todavía. (San Agustín) -Es de mala educación empezar a cortejar a una viuda entes de que vuelva del entierro. (Seumas MacManus) -Me casé con alguien inferior a mí. Todas las mujeres lo hacen. (Nancy Astor) -Ya no veo tanto a Alfred desde que está interesado en el sexo. (Sra. de Alfred Kinsey) -La vida es una enfermedad transmitida sexualmente y la tasa de mortalidad es del ciento por ciento. (R. D. Lang) -En realidad no soy homosexual. Solo les ayudo cuando están ocupados. (Frank Carson) -El sexo a los ochenta y cuatro es una experiencia maravillosa, especialmente el de invierno. (Milton Berle) -Yo no confiaría en mi esposo si estuviera a solas con una joven durante cinco minutos, y eso que lleva vei

Una terapia

  Le repito la pregunta, señor Adorno, ya que le veo algo despistado: ¿qué le ha hecho venir a mi consulta? Algo no debe ir del todo bien cuando acude a un psiquiatra, digo yo, y espero que no se moleste si le digo que llevamos ya más de media hora de sesión y usted aún no ha abierto la boca, excepto para sonreír de un modo, permitame decírselo con franqueza, del todo incoherente. No le estoy apremiando, no quisiera que se sintiese presionado, pero de algún modo tendremos que comenzar la terapia, y si usted no me dice algo... No hace falta que conteste de inmediato, tómese su tiempo, más del que ya se ha tomado si es preciso, solo faltaría que por una precipitación abordásemos el problema de una forma inapropiada. Le confesaré algo que en mis veinte años de profesión jamás he revelado a ningún paciente, pero usted necesita un aliciente y por ello haré una excepción. Yo quería estudiar antropología, se lo digo en serio aunque me alegra ver que sonríe de otra manera. Siempre me gustaron

Avaricia y gurús

El conspicuo economista norteamericano John Kenneth Galbraith solía decir de quienes hablaban con seguridad sobre economía que se dividían en dos grupos: los que no saben y los que no saben que no saben. En su obra “Breve historia de la euforia financiera” cita ejemplos de épocas de entusiasmo económico y financiero en las que siempre hubo insignes economistas (incluso algún premio Nobel) que no dudaban en disertar acerca de los fundamentos inapelables que las justificaban y hacían posibles, casi siempre justo antes de la catástrofe que pone fin invariablemente a dichas épocas. Muchos de esos 'sabios' o 'gurús' se implicaban personalmente en las especulaciones y algunos de ellos acabaron arruinados o en la cárcel o ambas cosas. El mecanismo de las burbujas especulativas siempre es el mismo y la amnesia de los especuladores también. Por desgracia para los ciudadanos, que somos quienes en último término sufrimos las desastrosas consecuencias, el final abrupto y desol