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Mostrando entradas de enero, 2012

Opinar

A veces opino de cualquier cosa en este blog pero como un ejercicio de reflexión, más o menos liviano o sesudo en función de la hora y del ánimo. Por eso quiero dejar claro que cualquier parecer, juicio o afirmación mías acerca del asunto que sea son fácilmente revisables con las indicaciones adecuadas y, llegado el caso, hasta desmentidas sin el menor pudor por mi parte. La naturaleza de las personas inteligentes debe poseer una faceta de rectificación que los honra intelectual y moralmente. Por desgracia, ese no es mi caso. Soy un veleta y en el fondo muy pocas cosas me atraen lo suficiente como para tomar posición respecto a ellas. Si cambio de opinión respecto a un asunto, por vital que pueda ser o parecer se debe llanamente a que la opinión previa carecía de convicción al ser enunciada; peor todavía, más de una vez me he pronunciado para que quien me leyese pensara que yo tenía algún tipo de opinión sobre algo. Cuando la verdad desnuda es que no tengo claro casi nada, y casi nad

Leonardo

Las ciencias y las artes son dos mundos muy diferentes. La ciencia pretende interpretar el mundo mediante ecuaciones. El arte, mediante distorsiones. Un científico difícilmente asumirá un fenómeno que no se ajuste a las teorías vigentes sobre fenómenos. Un artista lo exagerará hasta lo irracional para que termine pareciendo racional. Ambas posturas suponen, cada una con sus propios mecanismos, la negación del fenómeno. Pero muchos de los fenómenos de la naturaleza se niegan a encasillarse en teorías y, en la misma medida, se burlan de las parodias. Los científicos y los artistas no tienen por qué entrar en conflicto, al menos en teoría; a menos que unos se adentren en el campo de competencia de los otros. Un científico artista, igual que un artista científico es igualmente repudiado por ambos colectivos. Excepto en épocas de esplendor humanístico y siempre que la talla científico-artística o artístico-científica del personaje estuviera por encima de toda duda, como Leonardo da Vinci,

Toby

Toby era un perro abandonado, pero él no lo sabía. Como no sabía que se llamaba Toby, pero si alguien lo hubiese llamado por ese nombre lo habría sacudido una mezcla de alegría y de alivio. Porque desde que su familia lo extravió la preocupación y el miedo se habían instalado en su vida, y aunque como perro estaba genéticamente preparado para sentir sin alarma sensaciones nacidas de su instinto nunca antes las había experimentado, no al menos las relacionadas con la supervivencia, porque era un miembro más de una familia que lo cuidaba y lo alimentaba con celo y puntualidad y por ello su instinto estaba adormecido. No sabía cuánto tiempo llevaba solo, como perro era incapaz de compartimentar el tiempo del que solo sabía que amanece y después anochece y luego otra vez amanece y anochece, y así desde que guardaba memoria. Solo sabe que un día, estando en el campo de picnic junto a su familia, lo hicieron correr y correr tras una cosa que volaba y zumbaba, un juguete que le habían regal

Sobre cosas que no entiendo

Decía George Bernard Shaw que la única regla universal en política es la de no decir en el gobierno lo que se dijo en la oposición. De modo que reprochar eso a un gobierno nuevo es contradictorio porque se le acusa de incumplir la norma, y la única manera de cumplir esa norma pasa por ser inconsecuente en el gobierno con los predicamentos vertidos estando en la oposición. Un poco lío y un punto inmoral, pero política y moralidad nada tienen que ver en la práctica. Este introito viene a cuento de la 'operación Europa', un proyecto político que se comenzó a gestar con la formación del Benelux y que tiene por finalidad crear un espacio económico de intereses compartidos para poder competir con las grandes potencias del comercio y la industria: Estados Unidos, China, Japón, India, Brasil y los OPEP. La idea en sí es buena, el problema estriba en saber articularla hilvanando con un solo hilo conductor una ingente cantidad de países soberanos con culturas y lenguas diferentes y has

La lectura y la cultura

La lectura se ha convertido en tótem sagrado para la cultura oficial y para los afectos a lo políticamente correcto. Leer en para ellos una obligación insoslayable para la juventud, ya que es el garante de la prosperidad futura. Quien no lee no es culto y sin cultura no hay progreso. A mi entender la afirmación es una falacia, un sofisma, ya que cultura y progreso no siempre han ido de la mano; y para ser sabio, sabio al modo clásico -el que describe Erich Fromm en su libro “Del tener al ser”- no es imprescindible leer. La cultura supone la expresión de las inquietudes espirituales de una sociedad y se puede manifestar de diferentes modos. El entronamiento del libro como expresión cultural por antonomasia es una distorsión quizá manipuladora de la realidad cultural de un pueblo. Hoy más que nunca somos testigos de la enorme diversidad de las manifestaciones culturales, pero no hace falta echar mano del grafitti o a de la piel desnuda de personas como lienzo alternativo y muy fugaz d

Jobs y el iPad (para Francisco Jiménez, con cariño)

Supongo que establecer un debate sobre los logros en la carrera tecnológica de Steve Jobs sería entablar un diálogo que agotaría a los contertulios antes que al tema. A ver, que la invención y comercialización masiva de la bombilla eléctrica por Edison -solo posible gracias a la previa existencia de fuentes de energía asequibles para los hogares- supuso una revolución -a costa de la milenaria vela- que mejoró de manera eficiente y barata la vida de una sociedad desarrollada y altamente receptiva a tales mejoras es hoy un hecho histórico indiscutible. La bombilla fue una bomba. Y el tiempo le ha dado la razón manteniéndola a despecho de las modas y porque no ha habido invenciones más convincentes en ningún sentido. La pregunta es : “¿Cuántos inventos similares han sucedido desde entonces?”. Solo se me ocurre uno, la informática y, sobre todo, el universo internet, que han cambiado el paradigma social en muchos de sus términos, y por eso es posible afirmar que estamos ante un panorama