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Mostrando entradas de 2010

Equilibrio

  Sube y sube la adrenalina a mi cabeza. Es como una adicción, no sé parar, no lo controlo. Procuro no mirar pero mi vista se desvía a veces hacia los diminutos muñecos allí en el anfiteatro. Mi cuerpo tiembla entonces y eso puede hacer peligrar mi vida. El psicólogo me lo dice, no mires, no te distraigas, pero la satisfacción de saberme sobrecogedoramente, abismalmente admirado, es una droga demasiado poderosa. Están a mi merced y yo a las de ellos. No hay equilibrio emocional, lo sé, sólo equilibrio. Aún así los miro, los desafío, juego mis cartas. Eso es la vida para mí, un continuo rebelarme, engallarme, ante quienes jamás conocerán los secretos mortales de mi ocupación, ante quienes por el precio de un mísero ticket tienen el derecho a contemplar mi vida dependiendo de un hilo. He sobrevivido multitud de veces a sus rostros, reflejo de sus almas, deseando mi desgracia, mi catástrofe. El doctor me lo advirtió, algún día confundiría mi vértigo con la enfermedad, y eso sería el final

Gracias, Mario

 Cuba y Venezuela, y otras dictaduras payasas como Bolivia y Nicaragua. Esto mencionó Vargas Llosa en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, así se refirió a naciones bananeras con disfraz democrático que el tiempo rescatará de su ignorancia e ignominia política. No sé ustedes, pero yo no veo peligro de ideología fascista en el discurso de Mario. En cambio, el actor Guillermo Toledo nos previene sobre las ideas fascistas del galardonado. Hablo de nuevo sobre el peligro del uso de la palestra de la fama para divulgar un ideario personal. Señor Toledo, usted sabrá el motivo de su ojeriza hacia un autor tan inmenso, pero tenga a bien considerar que la talla artística de la persona sobre la que opina es cualitativamente diferente de la suya, tal vez inalcanzable para usted, como lo es, pese a lo que le pese, su nivel de compromiso social. Gracias, Mario.

Un gnomo

  Soy un gnomo. Pasó hace apenas una hora. Mientras paseaba por mis naranjales vi una estrella fugaz yb deseé un ilusión, porque desde chico me han dicho que siempre se cumple lo que pides tras ver a una estrella fugaz. Y eso hice,deseé. Pensé en lo mal que va todo, en las familias que sobrevivien apenas sobre el umbral de pobreza, en los niños de países pobres condenados a matar y a morir sin vivir una vida verdadera. Pensé en lo mal que hacen las cosas los países ricos para solucionar los problemas del mundo, sospecho que por miedo a que una reestructuración del sistema les arrebatase parte de su riqueza. Pensé en los enfermos que no tinen cama en los hospitales porque no cotizan ni nunca han cotizado, porque no saben ni han sabido cómo hacer eso, o porque no han querido, simplemente, hastiados de tanta burocracia inoperante. Pensé en los errores de Dios, en sus aciertos, en su posibilidad. Tanto pensé que terminé vacío de pensamientos, me convertí en el ciudadano mediocre que siempr

El encargo

 Llegó al apartamento con la ropa empapada, el cuerpo deseho y el alma rota. No había parado de llover en toda la noche y a esas horas de la madrugada las alcantarillas no podían engullir más agua, que dibujaba ríos caprichosos sobre el asfalto de las calles. La negrura insípida de la noche escasa de farolas contagiaba su ánimo, y el refugio del sillón y el cigarrillo apenas lo abrigaban de la fría soledad que lo gobernaba desde el día en que, borracho para olvidarse de sí mismo y escapar del cepo de su memoria, aceptó el trabajo que le propuso aquel tipo en el bar de Olivia dos semanas atrás. ¿Cuánto tiene que soportar un hombre antes de gritar ya basta? ¿A qué no estaría dispuesto por detener los latigazos despiadados de su propia conciencia? ¿Cuándo sabe que ha llegado al fondo de sus miserias, al sótano de sus escrúpulos, a las mazmorras de su perdición? Ayer buscaba a Dios y hoy alterna con el Demonio. De perseguir lo sublime, de ansiar un destino noble, de soñar con la inmorta

Librería

  Ramiro entró en la librería porque tenía frío. A menudo los grandes sucesos tienen un origen curioso. Pero Ramiro no pensaba en ello ni remotamente, sólo quería resguardarse del húmedo frío de febrero. Escogió un libro al azar, lo abrió y leyó el primer párrafo: “Este es el final del mundo, sigue leyendo y...”. No quiso seguir leyendo; Ramiro sintió aún más frío, decidió salir. Receló de las calles vacías y blancas. Sintió miedo, un miedo inconcreto y a la vez certero. No había gente, corrió y recorrió calles y calles sin encontrar gente. De repente, tras una cristalera enorme vio gente apelotonada y quieta. Entró, era una librería. Comprobó que todos ellos miraban la primera página del mismo libro, con tozudez, con parsimoniosa tozudez. Le horrorizó la inmovilidad de maniquíes que presentaban los supuestos lectores. Por encima del hombro de uno de ellos advirtió que el libro le sonaba con una insoslayable intimidad de lector concienzudo. Decidió abandonar los modales, aparató de un

Zapatero a tus zapatos

Ser fiel a uno mismo, el cinismo como declaración de principios, es a lo que se apela cuando los desmanes de ese cinismo se hacen evidentes y a uno se le ve el plumero. ¿Qué es eso de ser fiel a uno mismo? ¿Qué es, si me apuran, ser fiel? La fidelidad es un valor de capa caída, casi un diplodocus de los valores. Ser fiel, ¿qué es eso? Muchos se rasgan las vestiduras deportivas cuando el ídolo de fútbol local acude al reclamo de más provechosas oportunidades deportivas y pecuniarias, pero se le perdona cuando, al final de su carrera, regresa manso al corral donde se crió por el mismo dinero que le ofrecieron en sus inicios. La fidelidad es veleidosa y aprovechada. En política no digamos, pero no por parte de los políticos sino de los ciudadanos, que creen -les han hecho creer- que su voto ha de ser perpetuo para un mismo partido, haga este lo que haga, en lugar de flotante y expectante de las maniobras de unos y otros para finalmente decidirse y decidir entre todos cómo premiar o cas

La mirada

  La miré a los ojos y vi mi derrota. Eran ojos de diosa que usurpa los destinos de gentes que deambulan, como yo, en busca de sí mismos, ojos que nunca ceden a la tregua de un parpadeo. Yo no era diferente de los demás decapitados, que jugaron con ella en busca de la fama, del oro y las lisonjas, del mísero clamor de una voz ahogada en las gargantas antes de nacer siquiera. No quise, no pude, no sé cómo lo hice, pero no aparté los míos; clavando en sus pupilas el odio del menosprecio, no, del menospreciado, porque era eso, siempre había sido eso, para mí y para los demás decapitados. Nunca antes, no importa el tiempo ni el lugar, encontré otra mirada como la suya, tal vez la dejé ir, o no me importó, o sencillamente nunca existió. Ahora no sé nada, escribo con barro sobre una tablilla esperando el final del final en una celda oscura que comparto con las ratas, invoco recuerdos que me son vedados, la locura acabaría por determinar mi suerte, ese era todo mi consuelo. Aquellos ojos perp

A ti

Sólo al verte reconozco mi derrota, sólo al verme reconozco mi suplicio rotas mis alas de ángel, rotas por el empeño de librarte de tu exilio. Por redimirte de un eterno suplicio busqué en mi alma las espadas, pocas que taspasaran carne enemiga y loca deseosa mil veces de cariño. Acudo a tu recuerdo como un preso enjaulado y loco, poseso, sin alivio rescatador imposible, atado, sin seso, perdido en un jardín, llorando como un niño. Mis lamentos de infinito tiempo acuñan con tristeza sus pesares y vuelvo mi pálida faz y envuelvo con turbio velo recuerdos y lugares. No quiero mancillar con mi mirada el lustre de incontables siglos mas pretendo y sé que no soy nada conseguir la mirada de tu tiempo.

Un pájaro

Es inútil pensar dos veces las cosas, porque las cosas sólo suceden una vez. Eso es algo que ahora sé y que antes no sabía. Pensar y pensar sobre algo que ya ha sucedido y que por tanto no tiene vuelta de hoja es lastimarse sin razón uno mismo. Yo era, según recuerdo, y no estoy seguro de mis recuerdos como nadie debiera estarlo, porque la memoria es un terreno lleno de trampas, un estudioso, un erudito, o como quiera que se denomine a quien adora los libros como se adora a un dios. Mi vida entera se puede resumir en horas de lectura. Adoraba el conocimiento y a veces,¡Oh, qué maravilla!, descubría pensamientos míos en autores insignes, yo pensaba -creía pensar- las mismas cosas que habían pensado mentes prodigiosas antes que yo. Y eso me trajo problemas en el colegio. Me tildaban de empollón, de sabihondo. Me maltrataban. Aunque puedo, he renunciado a la venganza. El profesor Atcher me tenía en gran estima, supongo que valoraba mis esfuerzos en los estudios, o tal vez era su f

Bardem

-A ver corderillo, he leído tu último post y me ha intrigado mucho. ¿De verdad te molesta tanto que un actor se posicione en cuestiones políticas? Tengo que hacer un esfuerzo para salir de mi somnolencia nocturna. Bvalltu me ha acostumbrado a tomar la luz de las estrellas, es ridículo, lo sé, pero él insiste en que a la larga el bronceado es perfecto. ¿Cuánto tiempo es 'a la larga?' Nunca se sabe, contesta invariablemente. -Mira, Bvalltu, a mí lo que me subleva es que un personaje famoso utilice la fama para verter vómito pseudointelecual y tendenciosamente comprometido. -Todos los compromisos de tipo social conllevan algo de tendenciosidad, la gente no es tonta, corderillo, se compromete cuando tiene algo que ganar o nada que perder. -Ya lo sé, y aún así no lo soporto, me parece mezquino porque hay mucha gente que escucha y toma nota de lo que estos personajes pregonan, es gente manipulada que no se da cuenta de ello. -¿Y qué hacen si no los políticos, corderillo?

Señor Bardem

  Será sólo una pregunta, una pregunta sin respuesta, como son las preguntas que de verdad importan: ¿Cómo puede usted, señor Javier Bardem, actor, erigirse como paladín de la causa de los saharauis cuando ha tenido tantas ocasiones de hacer lo mismo con las víctimas de ETA? ETA ha matado, ha cercenado la vida de cientos de ciudadanos españoles con impunidad. La (entrecomillo) 'Comunidad Internacional' ha hecho menos que nada al respecto. Aquí, en España, no hemos pasado de lo políticamente correcto (que sólo es la institucionalización de la hipocresía) para condenar desde las diferentes instituciones la masacre continuada y concienzuda de esa banda de asesinos. Existen, gracias a la democracia que hemos conquistado entre todos y que los etarras desprecian, asociaciones de familiares de esos asesinos que exigen la proximidad de los presos, porque desplazarse hasta Cádiz cuesta un huevo, y los demócratas atendemos a esas peticiones. Deploro la situación que sufre el pueblo

Amsterdam

(Para desagravio de Bvalltu y alivio mío debo reconocer que en la anterior publicación lo maté, ortográficamente hablando, porque dije que 'expiró', es decir, falleció, en vez de 'espiró', que es expeler el aire de los pulmones. La ortografía es un arma de doble filo, y de eso podría dar fe el literato francés del siglo XIX Sainte-Beuve, al que retaron a duelo y según costumbre de la época dieron a elegir el arma; Sainte-Beuve respondió a su retador: “Elijo la ortografía, estás muerto”.) -Te veo hecho un asco -dice Bvalltu. -Es porque lo estoy. -Una semana fuera de casa y parece que hubieses pasado lo de Homero, menudo viajero. -Hago lo que puedo, Bvalltu, los años pasan factura. -Pero si has estado en Amsterdam, tío, porros, putas y arenques, cómo puedes tener ese aspecto de secuestrado. -Es que no fumo, no voy de putas y los arenques de allí son fotocopias de mala calidad de los boquerones en vinagre, ¿entiendes? -A medias, pero habrá otras cosas, digo

Jogging

Subo a la terraza y veo a Bvalltu desparramado sobre la tumbona, jadeando y con mal color. -¿Te ocurre algo? -Acabo de -inspiración prolongada que suena como un acordeón roto- hacer jooging, arfffffff -la expiración consiguiente-. -¿Tú? Si no paras de meterte conmigo cuando entreno, ¿qué ha pasado para este cambio tan radical de costumbres? Enciende un puro entre toses y escupitajos. Este chico va por mal camino. -Quiero reverdecer. -Querrás decir rejuvenecer. -No, quiero decir recuperar mi color original de extraterrestre, que es el verde. Es cierto, hubo un tiempo en que era de color verde; luego, la molicie y sus incontables vicios le mudaron el color; se fue volviendo marrón. -¿Y haciendo deporte cambiarás de color? -Eso creo, sólo necesito oxigenar los sensores periféricos de noradrenalina cuántica bipolarizada y el resto es pan comido, ¿capichi? Parece que ha recuperado el resuello porque se ha jalado el puro de dos caladas. -No, pero me da igual. Una

Un chiste

-Oye, Bvalltu, he estado pensando... -¿Y te ha dolido mucho? -No seas imbécil, escucha, me he dado cuenta de que la gente está llena de prejuicios y de clichés absurdos que han ido adquiriendo a lo largo de sus vidas. Con ese bagaje se desenvuelven en ellas y los usan, de manera consciente o inconsciente, para establecer sus valores, emitir sus opiniones y asimilar sus experiencias, y eso me parece una barbaridad. -Me he perdido. Yo también, no sé cómo explicarlo, es por ejemplo como lo de dejar de fumar. Los supuestos entendidos -que seguro fuman a escondidas- te llenan la cabeza con todo tipo de técnicas ridículas, si no descabelladas, que sólo sirven para aumentar el ansia por la nicotina cuando, si lo miras de un modo pragmático, es muy simple, basta con no ponerse cigarrillos en la boca y encenderlos, ¿entiendes? Los tecnicismos de baratillo, los clichés, el prurito de la técnica como diosa omnipotente, te impiden ver lo obvio, no sé si me explico. -Es posible, pero yo no

El Vecino

El asunto de las relaciones humanas siempre ha sido y sigue siendo motivo de estudio para pensadores sesudos empeñados en descifrar o al menos esclarecer las claves para el entendimiento entre las personas. Por citar alguno de entre los muchos que, a difewrencia dde aquellos, lo vieron claro bien pronto, lo hago con Jesús de Nazaret suplicando a Su Padre (de cuya existencia real se tienen pocas evidencias, y estas de veracidad tan incierta que los creyentes deben recurrir a la fe para creerselo), suplicando a Su Padre, decía, que los perdonase “Porque no saben lo que hacen”. A mi parecer dio en el clavo Jesús y la clave última que explicaría el porqué de tanto desentendimiento, exclusivismo, exclusión, y rechazo atávico está en el “no saber”, en la ignorancia, que genera suspicacia, enciende odios, y acaba desatando bestialidades entre unos y otros, sean individuos, familias, pueblos, naciones, civilizaciones o culturas. Hoy me ha dicho un amigo mío registrador de la propiedad algo

Mi libertad, yo

La libertad absoluta, radical, sólo puede existir en la mente. Nuestro cuerpo que tanto nos limita ('mi cuerpo, yo' que decía Laín Entralgo) y a veces nos hace esclavos de sus insuficiencias, y nuestra mente que con tanto denuedo y entusiasmo se estrella una vez y otra contra los muros insalvables de la realidad (a la que habría que enfrentar como muchos hacen con Dios mediante un acto de fe en su existencia a pesar de no poseer la menor seguridad sobre la misma pero sí la ilusión de su posibilidad; o como hacemos otros, con un descreimiento que nos aboca al un desconsolador nihilismo, tan aburrido y tan cutre) aportan pruebas de sobra acerca del relativismo existencial incluso de nosotros mismos (o sobre todo de nosotros mismos), pasmados ante cualquier suceso que viole lo cotidiano (no hablo de que un día no salga el sol, sino apenas del comentario de Coleridge: “Si un día me despierto sosteniendo en la mano la rosa con la que soñé, entonces ¿qué?”) y muy asustados por su p

Esa gente tan molesta

Las interpretaciones que las personas hacemos de los hechos, de las situaciones que tal vez por repetidas adquieren una entidad concreta para nosotros, y siempre la misma entidad porque no hay tiempo ni ganas para sopesar cada acontecimiento trivial en nuestras vidas, esas valoraciones son las que acaban por convertirse en la verdad individual de cada uno de nosotros. La realidad es compleja y difícil de someter a un dictamen unívoco, universal. Se me ocurre que si alguien le preguntase a Pinocho sobre su interpretación del crecimiento de su nariz cuando falta a la verdad, él, Pinocho, muy bien pudiera responder que dado el precio de la madera de roble mentir es un negocio rentable. Es una mera cuestión de perspectiva. Si, por poner otro ejemplo, alguien viese en repetidas ocasiones a un anciano ciego acompañado por una linda jovencita mostrándole a cada paso el camino para evitarle accidentes, podría pensar con lógica que la chica pertenece a una organización altruista que ayuda a

Hortensia

“ Las mil y una noches de Hortensia Romero”, novela de Fernando Quiñones, fue finalista en el premio Planeta hace ya tantos años que no recuerdo el ganador, ni me importa. El autor se mete en la piel de una prostituta con desparpajo, y borda el perfil de una señora consciente de sus acotamientos sociales, pero también liberal y siempre dispuesta a comprender al otro, sea quien sea. Era Hortensia la encarnación de un Jesucristo redivivo y sin los embarazos dialécticos que más tarde la iglesia cristiana difundió, sobre todo en cuestiones referentes al sexo, y que poseía un atrevimiento, frescura e irreverencia al hablar de temas sexuales que uno piensa si no hizo bien manteniéndose en los límites literarios. Leí el libro a los dieciséis años y me masturbé con su lectura noche tras noche, con frío y con culpa. Pero a medida que me adentraba en sus páginas notaba cómo estas me poseían y me transportaban a un universo de lujuria como nunca antes hubiera imaginado. Fue, para mí, una apoteo

Valentía

No creo que haya nadie más valiente que un torero. No un torero de laboratorio, como los hijos de, en otra época, famoso toreros, que ha tenido desbrozado el camino hasta las grandes plazas y que luego han aprovechado o no, en función de su arte y de su suerte, suerte que tanto decide, en la plaza y fuera. Pero incluso los 'hijos de' se la juegan, llega un momento en que tienen que decidir si mandan ellos, y se ven las consecuencias. Pero cuando un jovencito de apenas diecisite se pone delante de un astado en una plaza grande, ese tío es un valiente. La controversia ahora vigente de si debe seguir o no la fiesta de los toros, es indiferente. Los que han podido demostrar han demostrado, y los que no, no. Como en todo. Y que venga ahora un marino poniendo puntos sobre las íes. Con perdón.

Noche

Siempre he querido escribir algo bonito e impactante sobre la noche, algo como 'la noche es un monstruo con mil ojos' que dijo Chesterton, no yo -siempre pisándome las metáforas, este jodido Chesterton-, que más quisiera yo -redundante- Pero he investigado y expongo algunos hallazgos que de no ser de otros bien pudieran ser míos. “La noche es más triste que el día”, Ovidio. “Sólo la noche posada en tus cabellos, la noche raspándonos los ojos, la noche uniéndonos y separándonos. “, Homero Aridjis. “Noche mucho más noche: el amor ya es un hecho.”, Jorge Guillén. “Apoyada a un árbol desnudo de raras hojas una noche estrellada.”, Shiki Masaoka. “En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz ni guía sino la que en el corazón ardía.”, San Juan de la Cruz. Y muchas más frases bellas... Pero yo miro mi noche clara y siento, miope como yo, que ella me mira a mí a través de su monóculo.

¿Escribes o navegas?

Escribir y navegar son dos actividades con grandes similitudes. Embarcas, por ejemplo, con la intención de arribar a un puerto determinado y por vicisitudes a que los marinos están más que acostumbrados, resulta que, o bien arribas a otro puerto, si hay suerte, o bien te quedas al pairo, si hay suerte, o te comes una castaña de no te menees (y que haya suerte). La escritura no entraña tanto peligro físico, pero padece las mismas peripecias, y si no te las sabes apañar tu salud mental puede sufrir un naufragio de narices. La vida es bella, según dicen, pero a los que nos seducen las emociones fuertes nos lo parece sólo a veces, aunque con una intensidad sólo al alcance de marinos arriesgados o escritores suicidas. ¿Qué qué es esto último? Que lo responda un marino, si tiene huevos (con perdón).

Ser o ser

La vida es una guerra contra la muerte. El conocimiento de la pérdida es lo que nos motiva. Saber que nos quedan 20000 días de vida ¿útil? Si restamos el sueño, las obligaciones, las preocupaciones, la enfermedades, los tiempos muertos en que uno no sabe qué hacer y los desperdicia, qué nos queda en tiempo fértil, qué en tiempo hábil. Pero la consciencia de la finitud nos puede redimir, puede hacer de catarsis y empujarnos a una vida más fértil, más sincera, mas plena. Somos perecederos y si dimensionamos nuestra caducidad podremos hallar el modo de ser más plenos, y siéndolo, vivir más, mejor, de otro modo. El ser humano es una pizca de eternidad en un cosmos eterno. Seamos eternos a pesar de las limitaciones, seamos únicos e irrepetibles. Seamos nosotros. Seamos de cualquier modo, pero seamos.

Mañana de domingo

Leyendo el periódico en la terraza apenas caldeada por el tibio sol recién amanecido del domingo me demoro en una noticia que me atrae. Parece que hay una intención seria de construir una mezquita en la zona donde unos aviones muy bien pilotados -por desgracia- desintegraron las torres gemelas de Manhattan, en el corazón de Nueva York, en el corazón de occidente, despejando el terreno para la reflexión y para la imaginación constructiva y reconciliadora entre culturas abocadas a fusionarse. Requiero el parecer de Bvalltu, entretenido en retocar la momificación de un bostezo sin tiempo. -Estaba escrito- replica, no sé cómo, sin concluir el bostezo, articulando de modo inverosímil el mecanismo maxibular como sólo los extraterrestres saben hacer. -¿Qué y dónde? -La culminación de un proyecto civilizador emprendido por los musulmanes hace siglos en tierras infieles. No doy crédito. Le pido que se explique. -Al-Andalus fue un proyecto frustrado por intransigencias cerriles e intra

Palabras

Un destino separado de mi sino, una rosa que se marchitará, un perro apaleado, una crueldad que se cumple a pesar mía, un beso triste en la clara oscuridad, un almacén de llanto, un preso desahuciado de la vida, un trono real sin rey, un pozo seco, la risa de una niña sin vida, el autor de un libro seco, un bosque verde que pierde su verdor, la camisa sudada de un notario, un relato que no terminaré, la lágrima furtiva de una madre, el ocaso de una eternidad, la palabra de honor de un mentiroso, el 'hasta pronto' de quien no piensa volver, 'sin identificar' dice la placa en un cadáver, 'cerramos, caballeros' dice el barman otra vez, 'te juro por mi vida que no es cierto', mañana es otro día otra vez, las palabras que se dicen dejan huella, hacen daño, no se pueden enmendar. Palabras y palabras que se arrojan sin ser conscientes de que se nos volverán .

Historia futura

Leo 'La leyenda negra' del historiador Joseph Pérez y me inunda un torrente de desánimo. Nos repetimos sin aprender, y si aprendemos algo, por razones que se me escapan, nunca forjamos una pragmática de lo aprendido que nos sirva para crecer como comunidad. Pérez se esfuerza en desbaratar el mito de una España invasora, déspota y rencorosa, muy dada a joder, no sólo al propio, sino también al resto del mundo, ese que nunca era alcanzado por la puesta de sol que, dicen, nunca llegaba en aquel imperio, ¿España? En tiempos de Felipe II lo más aproximado a ese concepto patriótico era un cuerpo político que, unidos por la figura del rey, amalgamaba reinos, coronas y señoríos, con una dispersión geográfica y con tal grado de sentimiento localista (nacionalista, si lo prefieren), que propiciaban el sentir de que el rey reinaba para él mismo y para su familia -los Habsburgo. Todos los imperios -y han sido muchos- avasallan,no porque invadan e impongan un régimen de obligado servilism

Negociaciones sordas

¿Cómo puede establecerse una negociación de paz en un terreno que no es neutral? EE.UU. Pretende establecerse como juez imparcial en las negociaciones entre judíos y palestinos cuando a nadie se le escapa que Israel constituye una avanzadilla imperial en territorio hostil. Las profundas disensiones entre Israel y los estados árabes han sido concienzudamente generadas por intereses occidentales, que ahora (como ocurrió en Camp David) presentan un sesgo imperialista difícil de asumir por los países afectados (los islámicos). Se pretende, sea como sea, un diálogo entre partes que hablan idiomas políticos y sociales disparejos. El mundo islámico no asume la democracia, tal vez o casi seguro por falta de tiempo histórico. Es un intento de diálogo entre sordos. Pero ojalá siente un precedente para que en el futuro haya un verdadero acuerdo.

Luna llena

Como hace una noche clara de luna llena decido subir a la azotea a contemplarlas. Bvalltu está tumbado en la hamaca, con las gafas de sol puestas, tararea una canción. Nunca sé cuándo está de buen humor y cuándo soliviantado por alguna desmesura pequeñez, siento la misma impotencia que un mimo con bótox, aventuro una charla. -Bonita noche. -Si tú lo dices. Vale, hoy no estamos de humor, le sigo el juego. -¿Tarareas el 'canto fúnebre'? -Pienso en mi planeta. -Entiendo: teleeefooono, mi caaasaa. -Tenéis un estereotipo algo simple los terrícolas de los habitantes de otros planetas. -Bueno, tú no me pareces simple, todo lo contrario. -Entonces, a qué viene la ironía. -Para romper el hielo, hombre, que estás más rígido que una estalactita. Bvalltu se ensimisma aún más, creo que intenta trascenderse y, de algún modo místico, conectar con el alma de su planeta natal. Me parece que sufre, el pobrecillo, aunque cuando menos te lo esperas se vuelve más alegre que unas cast