El premio Nobel de la paz considera que la mejor manera de conseguir más paz en Afganistán es enviar 30.000 soldados de refuerzo. La lógica de su decisión es inapelable: más fuerza equivale a más paz. Y si alguien tiene dudas al respecto que le pregunte al Presidente de los Estados Unidos, quien diplomáticamente derivará la cuestión al premio Nobel de la paz para que nadie le malinterprete ya que sólo sigue los dictados del corazón de un egregio pacificador que sólo un azar imposible le ha podido conceder un parecido tan cabal con él mismo. El asunto es sencillo por más que algunos malpensados o simplistas insistan en complicarlo. Pasa como con el premio Planeta, que si quien lo recibe resulta que es escritor puede haber lugar a malentendidos. Yo propondría, para acabar con dudas y suspicacias, que se otorgara sólo a escritores de reconocida pluma el Nobel de la paz y a Presidentes de los Estados Unidos el Planeta; total, no se iba a notar la diferencia. Queda la cuestión de a quién se propone para Nobel de literatura, pero para eso está un servidor de ustedes y de quien haga falta, faltaría más.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
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