Cuando era joven las chicas me decían que era un inmaduro. Ahora me lo dice todo el mundo. Lo cual prueba que el tiempo no siempre corre a favor de uno. Pero es que eso de madurar debe de ser un proceso bastante complicado sólo al alcance de gentes que atesoran ciertas virtudes como son la perseverancia, la prudencia, la ecuanimidad, el sentido de la responsabilidad y unos principios éticos que siempre cumplen; o sea, gente madura. Yo carezco de todo cuanto acabo de enumerar, excepto tal vez los principios éticos, pero los voy renovando en función de las circunstancias o por simple capricho, así que me temo que no sirven para ese ansiado proceso de maduración que tan esquivo me es. Eso sí, noto que cada vez con mayor frecuencia la gente me llama de usted, lo que me hace sospechar que físicamente sí que maduro. Es decir que soy un maduro muy inmaduro; contradictorio o no, es cierto por completo. Yo siempre he soñado que me seducía una mujer mayor que yo y me revelaba secretos arcanos del sexo. Según pasan los años la idea me va seduciendo menos, es más, creo que es el momento adecuado para cambiar de sueño y que en él sea una jovencita la que me seduzca. Una jovencita muy ardiente y muy madura -una inmadura madura que me complemente- que tenga mucho que enseñarme sobre sexo. Lo primero de todo, me temo, su tarifa.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
Comentarios
¿Cuando encontraremos el equilibrio, en esto y en todo?.
Un abrazo, me has sacado una sonrisa