Un colaborador del periódico 'El Mundo', Nico Rey, denosta a la inefable Pilar Rubio, inubicable en la taxonomía periodística, pero en mi opinión desenfadada showwoman de los programas de cotilleo sin veneno y además una chica de muy buen ver, porque al parecer de este periodista Pilar es una chaquetera. ¿Por qué? A su entender por haber decidido con libre criterio trabajar para otra cadena de televisión. No sé cómo abordar el tema sin usar epítetos descalificadores para don Nico. No se me ocurre ningún argumento aparte del obvio, que tiene que ver con el libre mercado y la respetabilísima opción que cada cual tome dentro de las reglas de ese mercado. Las obviedades se resisten a ser asistidas, argumentadas, defendidas, obviamente, sobre todo si pertenecen al universo de las libertades individuales dentro de un estado democrático del que durante algunas décadas estuvimos excluidos. Señor Nico, ¿a usted le pagan por sus escritos? Porque si es así, ya es más chaquetero que la por usted insultada, por la sencilla razón de que con sus escritos indecorosos se puede usted comprar una chaqueta. En mi humilde opinión también le vendría bien adquirir algo de vergüenza, pero ese valor no cotiza en estos tiempos, así que entiendo su postura, que tan habilidosamente esquiva cualquier escrúpulo. Y usted disculpe si por despiste o cortesía me he quedado corto con los epítetos a usted dirigidos.
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
Comentarios
De todas formas no le veo gran porvenir, aunque habrá que esperar que va a presentar. Si no fuera que al final es un ataque a la libertad individual, ¡a mi que me importa lo que pase!
Un abrazo