Dicen que el universo se expande, que las galaxias se mueven, que los astros giran alrededor de las estrellas, pero yo no percibo ese movimiento cósmico, yo estoy parado y no me siento empujado por ninguna fuerza, ni tampoco me mareo, con lo propenso que soy desde chico. Pero el hecho es que si es verdad que estamos en continuo movimiento de traslación y rotación, si es cierto que el universo se expande deberíamos preocuparnos. Es más, alguien debería decirnos hacia dónde vamos, y para qué demonios. ¿Es acaso viajar el motivo de existencia del universo? Pero entonces deben existir un origen y un destino, o no, y si es que no tenemos un problema filosófico, o físico, o un problema a secas. Pero si después de todo sí existe un destino deberíamos saber cuál es para saber a qué atenernos. Y también si ese destino es el final de todo y allí acabaremos muertos, o quizás algo peor. Y si no es el final sería bueno que supiésemos si es acaso el principio de algo nuevo, de otra cosa, y si esa cosa es mejor cosa que esta cosa que ya conocemos, porque si no lo es yo al menos preferiría quedarme donde estoy, que para empeorar siempre hay tiempo; pero nadie me consulta, nadie me dice nada, sólo sé lo que dicen quienes dicen que saben que el universo se mueve, que bien pensado eso es fácil de decir, pero yo no noto nada, pero nada, nada. Ni un simple mareo. Además, si el universo es todo cuanto existe, ¿por dónde demonios se mueve? ¿Acaso por otro universo que le sirve de plataforma? ¿Tal vez cae por el vacío y al final nos estrellaremos? ¿O somos succionados por una especie de aspirador enorme que nos acabará engullendo? Demasiadas preguntas, ninguna respuesta. ¡Qué mareo!
Parece que el mundo presenta indicios de cambio, lo que siempre es una buena noticia a la vista del rumbo que lleva desde que los humanos lo dirigen –con alarmante férrea mano y escaso juicio desde la revolución industrial del siglo XVIII, para poner coordenadas y centrar nuestro momento histórico-. Las elecciones primarias que se celebran en los Estados Unidos son fiel reflejo de dicho cambio. ¿Una mujer y un negro con opciones de alcanzar la presidencia? Atónito estoy, no doy crédito, alobado, vamos. Aunque parece que el voto latino pesa más que en otras ocasiones, no creo que sea razón suficiente para explicar este hecho. Algo visceral está sufriendo una transformación en el seno de la sociedad norteamericana, que es decir la civilización occidental. Y ese algo a lo mejor no será conocido hasta que el tiempo y los exegetas de la historia pongan los puntos sobre las íes del actual panorama sociológico; y a lo mejor eso puede demorarse decenios, tal vez siglos. De momento no puedo d
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