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Mostrando entradas de diciembre 1, 2008

Monólogo infructuoso

Aunque soy consciente de la necesidad de una estructura política que gobierne y mire por los intereses de un estado, estructura política que, desde luego, en el supuesto utópico de que desempeñase la función para la que fue concebida y, por ende, limitándose a procurar la buena marcha social impidiendo desmanes y fomentando aquello que suponga una mejora para el pueblo, y hasta suponiendo -que ya es suponer- que a ese único fin se encomiende, no puedo creerme que estas nobles metas se materialicen, en la dimensión abrupta que sirve de escenario para tales menesteres, sin que un mínimo, asumido y tal vez inevitable grado de podredumbre arruine lo perseguido por esa estructura política, en el más benévolo de los escenarios, y con un escandaloso y deplorable compadreo de cariz expoliador si nos atenemos a la lamentable realidad del habitual comportamiento de algunos grupos sociales (emparentados, en nuestra tierra, con la especulación inmobiliaria.) Acabo de perderme, pero creo que es

Comienzo para una novela negra

Era una rubia platino como Dios manda. Alta como una modelo pero con el cuerpo más rellenito, de mujer hecha y derecha; lucía un vestido de noche brillante de un color cárdeno bermejo tirando a grosellas maduras –o algo parecido; me armo un lío con los colores que usan las señoras- que dejaba contemplar unas rodillas rotundas y bien engrasadas, por abajo, y un escote más generoso que los agentes de inmigración a la hora de repartir candela entre los sinpapeles, por arriba. Andaba con garbo, eso sin duda, y al hacerlo balanceaba las caderas rotundas en un vaivén mareante que te obligaba a desviar finalmente la vista de aquellas curvas resbaladizas si no querías arriesgarte a sufrir un percance físico –y que cada cual lo interprete como quiera, yo sé lo que me digo-. Mientras caminaba trazando líneas rectas inverosímiles entre la apretada amalgama de mesas, sillas, camareros, comensales y peña bailando -y empujándose y pisándose al hacerlo, cosa normal cuando la superficie por persona