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Mostrando entradas de noviembre 10, 2008

Marilyn

Hace 46 años, Marilyn, que abandonaste este mundo y lo dejaste más frío y más gris de lo que nunca fue, privado de la gracia divina de tu sonrisa y del brillo de aurora boreal de tu pelo de blanca plata. Lo abandonaste, Marilyn, porque nunca lo encontraste cómodo, era para ti como un vestido que te quedase demasiado holgado, y tú siempre preferiste los que se te pegaban a la piel o, sencillamente, la piel desnuda, esa piel blanca y sedosa pero impermeable que te impedía sentir el calor de quienes te quisieron (pocos) y no dejaba salir, liberándote, el frío que siempre anidó en tus entrañas. Cuando niña te gustaba sentarte frente a los grandes cines de Los Ángeles a mirar asombrada los rostros de las estrellas que adorabas. De aquella época te quedó la mirada cándida y de estupor con que contemplabas el mundo, como sin dar crédito a cuanto veías en él, incluyendo tu propia fama cuando llegó, que te doblegó para siempre desde la primera contienda. Tal vez era lo que deseabas pero no er