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Mostrando entradas de septiembre 18, 2008

El viento

Un complaciente viento remueve los laureles De mi jardín galano, y a lirios y azucenas Estremece los pétalos, de los que vuelan sus penas Arrastradas por el viento a puertos sin bajeles.   Aviva el vientecillo el fuego de mis claveles Y reverberan mil llamas con azurita llenas Que azulean la niebla que mis anhelos frena Y dibuja mis sueños la flama de sus pinceles.   ¡Quién alfarero fuera de fieros vendavales! ¡Quién con sus sólas manos de esmerado alfarero Forjara y diera vida a eternos huracanes!   Desaforados ciclones que arrasaran por entero El cieno de esta alma, y magma de volcanes Vertiera en esta llaga de amor, por la que muero.

La condena

Menté tu nombre en vano, sólo eso Y ardió la leña seca de mi frente Herida por un fiero rayo ardiente Que convirtió mi vida en la de un preso.   Reo soy de amor incandescente Por osar soñar la dicha de tu beso Por suplicar mis labios secos sólo eso Y ofender tu suspicaz alma inclemente.   Musitaron una sóla vez mis labios Con aliento de súplica y de anhelo Tu nombre, y aquel rayo me hizo sabio   Pues vi mi triste sino reflejado En tus ojos y no alcancé a ver cielo, Sino perpetuo infierno desolado.