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Mostrando entradas de abril 25, 2008

Pecar

S egún Bertrand Russell, el cielo es un lugar donde, por milagro, la monotonía no cansa. Menos mal, porque pasarse la eternidad entre seráficos querubines de aladas formas, contemplando una divina faz de la que emana en cada momento la misma paz y el mismo amor, flotando entre nubes algodonosas y tocando el arpa todo el rato, debe de ser un coñazo de mucho cuidado. No sé quién dijo una vez que le gustaría ir al cielo por las vistas y al infierno por las compañías. Estoy por afirmar que las personas más interesantes que en el mundo han sido pueblan ahora el infierno y le prestan un glamour del que el cielo, sospecho, carece. Puestos en la tesitura de   prolongar eternamente nuestras vidas, aunque no sea en este mundo, yo prefiero de largo las llameantes estancias pobladas de fascinantes pecadores que configuran el infierno a las impolutas praderas paradisíacas del Edén, donde se abigarran insulsamente santurrones y puritanos que en su puta vida han echado un polvo como es debido. Por