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Mostrando entradas de febrero 22, 2008

El fanatismo

Si el hombre como individuo es un ser con una cierta propensión al despiste moral, la masa, la colectividad, el grupo de individuos con predisposición a ello –que suele ser la mayoría-, cuando se quiere convencer de que existe un motivo que lo justifique –y siempre existe, y si no se inventa sin más-, de manada social pacífica y políticamente correcta se transforma al instante en improvisado ejército feroz y justiciero, dispuesto a matar y a morir por ese motivo, esa causa, casi siempre una entelequia sin mayor significado que el de servir para aunar a la horda y predisponerla a la carnicería y, desde luego, al abandono de toda moralidad. Una de las principales causas, si no la que más, de estas transformaciones colectivas de personas habitualmente pacíficas –al menos en las formas- en asesinos improvisados es el nacionalismo, un concepto enrevesado y espinoso al que le sucede lo que al buen gusto: todo el mundo sabe lo que es pero nadie puede definirlo. El nacionalismo es uno de los