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Mostrando entradas de noviembre, 2008

El náufrago

El sol me quemaba la piel. Sentía el dolor de mi carne reseca agrietándose lentamente, indefensa ante los rayos como espadas del sol de mediodía. Demasiado tiempo, demasiado dolor, insoportable la inclemencia de la desesperanza. Habían sido días, semanas, no sé, el tiempo no sirve como referencia si no va acompañado de señales fiables que lo respalden, el tiempo no es más que una nada infinita de sufrimiento al que te acabas por abandonar indefenso, postergado, resignado y la sóla esperanza de una muerte cercana te calienta el espíritu y mitiga tu tortura. Fueron semanas, sin duda, lo sé ahora por las palabras del comodoro Rogers, “llevamos siete semanas a la deriva”, dijo. Y no dijo nada más, no al menos para que yo lo escuchase. Yo había perdido, y no pertenecía con propiedad a la tripulación de aquella balsa salvavidas en la que habíamos escapado tras hundirse nuestro buque. Un buque moderno, orgullo de sus armadores, que sin embargo no había resistido los embates de una tormenta

El escritor pertinaz

En la Tercera República Mundial, después de que los supervivientes al Gran Cataclismo salieran a duras penas de los años oscuros de penuria y hambruna del período de interregno, se prohibió la lectura, la escritura y todo lo que tuviera relación con la adquisición y transmisión de una cultura que fue considerada por el Consejo Republicano como la causa principal del holocausto que terminó con el anterior orden mundial. Por esa razón Ibch Turbok, cuya afición a escribir relatos no era ningún secreto, fue detenido y encarcelado como consecuencia de su insistencia en seguir escribiéndolos a pesar de haber sido amonestado en varias ocasiones por el Supervisor Anticultural de su distrito. En su celda se dedicó a escribir –no se le permitía tener recado de escritura- sobre las paredes valiéndose de un clavo oxidado que había arrancado del camastro herrumbroso. El alcaide de la prisión ordenó que le arrebatasen cuanto pudiese ser usado como material de escritura. Le vaciaron la celda y tu

Integridad

Las convicciones profundas sirven, si no para otra cosa,   al menos como referencia cuando la mente, aturdida por el sopor del día a día, naufraga en el laberinto de cristal de sus propias ilusiones. Hay quien se aferra a una idea como un náufrago a una tabla en medio del océano. Y, por más que se acabe hundiendo con ella, no está dispuesto a admitir que se agarra a una idea equivocada. No sé quién inventó eso de ‘ser fiel a uno mismo’, pero andaba algo despistado. La fidelidad no existe, sólo la supervivencia. Y si no que les pregunten a los chaqueteros de la democracia temprana: cambiaban de colores y de discurso con la misma presteza con que acusaron para salvaguardarse al vecino inocente. Para comprender por entero el verdadero sentido de las palabras grandilocuentes con que algunos se atragantan en discursos excelsos no hay sino que haber vivido la desnuda realidad de una guerra que desmiente amistades y clarifica posturas que jamás adquirirían su relieve en tiempos de paz. De p

Por fin

Hay un término acuñado por los psicólogos del Grupo de Palo Alto, con Paul Watzlawick a la cabeza, que se aplica para describir una revelación trascendental que cambia la estructura de la realidad que una persona ha forjado durante su vida. Ahora no recuerdo ese nombre, pero viene a equivaler a ‘Revelación’. Waltzlawick acude a Víctor Hugo para ejemplificar ese concepto recurriendo a el protagonista de ‘Los Miserables’, Jean Valjean, quien tras robar las riquezas de una iglesia y ser sorprendido y llevado ante el obispo (o algún otro prelado, no recuerdo bien), no dio crédito cuando oyó de la boca de aquel que esas riquezas eran para él (Valjean) y que se había olvidado de llevarse un crucifijo. Valjean era un asesino sin misericordia. Aquella reacción de sus víctimas y al tiempo sus captores no encajaba en su concepción del mundo y lo marcó para siempre. A partir de entonces, por más que se empeñara, no consiguió mantener enhiestos los puntales de su arquitectura de la realidad, y

Gastronomía

De entre todos los placeres que nos ofrece la gastronomía yo prefiero con mucho la comida. Esto puede parecer una idiotez pero lo voy a explicar. Si habéis visitado en alguna ocasión un restaurante de la llamada ‘noveau cousine’ (no sé si está bien escrito porque yo no tengo ni idea de francés) seguro que os ha sorprendido el hecho de haber tardado más en leer y tratar de entender la carta de platos que en ingerir el ridículo contenido de éstos. No voy a valorar la eventual excelencia de este tipo de cocina, porque estoy seguro que a muchos les gusta, y otros tantos dicen que les gusta para no ser menos y para evitar el riesgo de que les tachen de paletos. Los abanderados de esta corriente culinaria dirán tal vez que el minimalismo es una cualidad inherente a la misma, para justificar lo ignominioso. Yo los denomino restaurantes de vacío-vacío, porque tan vacío sale de ellos tu estómago como tu cartera. Antes, en otros tiempos, o en otros mundos, tanto da, proliferaban los establecim

Fundamentalismo

En la reciente campaña electoral que ha vivido EEUU y durante un encuentro con prosélitos de su partido, estaba el candidato McCain estrechando las manos de sus incondicionales cuando una señora más bien mayor le dijo algo así: “Queremos que usted sea presidente, senador MacCain, y no ese Obama, que es un musulmán”, a lo replicó el candidato con presteza: “Señora, el senador Obama no es musulmán, sino un estadounidense decente”. Las connotaciones de su lapsus verbal evidencian el cariz fundamentalista de las creencias del señor McCain. Él tiene la certeza de que si uno es estadounidense y además decente es imposible que sea musulmán. La proposición inversa, por consiguiente, debe tener la misma validez, esto es, si uno es musulmán no puede ser un americano decente. Pero esta última afirmación es fácilmente refutable ya que existen ciudadanos estadounidenses que profesan la religión de Mahoma, sobre todo en la comunidad afroamericana. Y sería absurdo negar que entre ellos haya alguno

Dice Bvalltu

Dice Bvalltu:  Pasan los años llevándose jirones de mi piel, despojándome de mi ceñida envoltura, desnudándome y abriendo paso a la luz hasta mi carne lacerada, palpitante y cruda;   y hasta mis venas como infinitos afluentes sinuosos que llevan alimento a mis moléculas, a mis células, a mis entrañas, y aportan aún vida a esta vida que consumo sin delicadeza, alimentando a un organismo que no es ya sino un conglomerado de heridas, dolores y recuerdos, que continúa latiendo por inercia, replicando al tictac de lo relojes, perdido y ciego en este mundo plano, llano, sin horizonte. Lejanos rumores de esperanza ensanchan de tarde en tarde un poco más mi enorme llaga con su remisión temprana. Vivo rodeado por falsas alarmas, embozado en una frazada y acostado sobre una cama dura y fría de arpillera, soportando el paso de las horas, el peso de mi memoria y la angustia de saberme solo, irremisiblemente solo bajo las estrellas, aguardando, siempre aguardando, una señal, una ráfaga fugaz de

El lenguaje manipulador

El lenguaje es el mayor logro de nuestra especie en la historia de su evolución. Gracias a él, pudimos comunicarnos unos con otros y transmitir nuestros conocimientos de padres a hijos, lo que propició el despegue evolutivo del homo sapiens y lo encumbró sobre el resto de las especies. El precio, sin embargo, fue muy alto. Las neurosis proliferaron entre los pueblos y desvirtuaron el sentido original del lenguaje: ya no era sólo un instrumento de comunicación y un medio de arte; también se convirtió en un arma. Con ese arma nos herimos cada día unos a otros, unas veces adrede y otras de manera involuntaria. Además, la malinterpretación del mensaje por parte de quien lo recibe, añade un grado de complejidad al problema. No sólo nos hacemos o nos podemos hacer daño con lo que decimos, sino también con lo que oímos o interpretamos que oímos. Surgen así los desencuentros y las paradojas, los rencores y las guerras; y sobre todo, las manipulaciones: el lenguaje es un arma perfecta para m

Cuestiones económicas

Sería divertido, si fuesen otras las circunstancias y no hubiese tanto en juego para tantos, ver a los políticos en televisión debatir cuestiones económicas como si las entendieran. Ayer mismo hizo Zapatero tres afirmaciones cuando menos curiosas y que conviene analizar. 1.     La culpa de la elevada tasa de paro que padecemos en España la tiene las crisis financiera internacional. 2.     Debido a que dicha crisis afecta con saña a las economías que basan su crecimiento en el sector de la construcción y en la industria del automóvil, otros países están padeciendo el mismo problema, como Alemania y Estados Unidos, donde están ubicados la mayoría de los principales fabricantes de automóviles. 3.     El PP, con sus políticas neoliberalistas, que defienden el libre mercado capitalista como mejor modelo de crecimiento económico, tiene buena parte de culpa en que esa crisis internacional nos haya alcanzado. La primera afirmación es de una obviedad casi angelical. Si hay una crisis

Marilyn

Hace 46 años, Marilyn, que abandonaste este mundo y lo dejaste más frío y más gris de lo que nunca fue, privado de la gracia divina de tu sonrisa y del brillo de aurora boreal de tu pelo de blanca plata. Lo abandonaste, Marilyn, porque nunca lo encontraste cómodo, era para ti como un vestido que te quedase demasiado holgado, y tú siempre preferiste los que se te pegaban a la piel o, sencillamente, la piel desnuda, esa piel blanca y sedosa pero impermeable que te impedía sentir el calor de quienes te quisieron (pocos) y no dejaba salir, liberándote, el frío que siempre anidó en tus entrañas. Cuando niña te gustaba sentarte frente a los grandes cines de Los Ángeles a mirar asombrada los rostros de las estrellas que adorabas. De aquella época te quedó la mirada cándida y de estupor con que contemplabas el mundo, como sin dar crédito a cuanto veías en él, incluyendo tu propia fama cuando llegó, que te doblegó para siempre desde la primera contienda. Tal vez era lo que deseabas pero no er

Las gafas

  La elegante señora reprendía al chaval mientras se retocaba nerviosamente los elaborados tirabuzones. Se veía que trataba de no descomponer la figura, de no perder el garbo. Lucía un vestido esplendoroso. -¿Me quieres decir, hijo mío, por qué me das estos disgustos? Tu profesor me ha llamado otra vez. Me ha dicho que como vuelvas a hacer novillos te expulsarán, perderás la beca. ¿Sabes lo que eso significa? ¡¿Lo sabes?! Una gota de sudor que surgió de entre dos tirabuzones amenazaba el maquillaje que realzaba el brillo enfurecido que despedían sus ojos oscuros. Se retocó de inmediato con un pañuelo de seda y detuvo el peligro. -Desde que tu padre falta me dejo la vida y la dignidad en ganar dinero suficiente para que tú no padezcas como yo, para que tengas una vida decente ¿Y cómo me pagas tú, eh? ¿Cómo me pagas, desgraciado? ¡Responde a tu madre, Pablito! -Mi padre está en la obra, usted no es mi madre y yo no soy Pablito. -¿Qué insinúas, malnacido? Ya te han comentado a

El ladrón erudito

T ranscribo una joya del relato hiperbreve. Se titula “El ladrón erudito”.      "El ladrón se había dado cuenta de que el dinero estaba disimulado en algún libro de la biblioteca. ¡Pero había tantos! >>Comenzó por los más altos y le fue ganando la apetencia de leer, la ansiedad de adivinar. >>La casa era una casa de campo y estaba abandonada. Tenía tiempo para sus pesquisas. >>Se adentró en las páginas escritas por los que prefieren escribir a robar y gastar en eso sus largas noches. >>Él notaba que la realidad resultaba así más robada que por él mismo. >>Hubo un momento en que sin haber encontrado los billetes estaba ya en los libros de las estanterías bajas, y entonces se sintió tan preparado que hizo unas oposiciones." Ramón Gómez de la Serna , ' Caprichos'                                                                                                                                                                 

El crucero

Querida Montse:   Ya sabes el motivo que me impulsa a emprender este viaje, así que no mencionaré más el tema para no violentarte; sólo espero que a mi vuelta el tiempo y tu acentuada capacidad de discernimiento te hayan hecho reflexionar sobre el futuro de nuestra relación -de momento, y para mi congoja, inexistente. He decidido que voy a escribir una carta al final de cada jornada en la que te relataré lo que la misma haya tenido digno de destacar, así como mis pensamientos e impresiones del día. Después te las iré enviando, o tal vez no, tal vez me las guarde y nunca sepas de ellas, como no sabes de la verdadera dimensión del amor que te profeso, ingrata musa testaruda y esquiva, lucero de mi mañana, estrella polar de mis noches insomnes, alma gemela; siento en lo más profundo de mi ser que tu corazón de pedernal tiene una coraza a prueba de halagos, pero yo descubriré un resquicio, una mínima grieta en esa armadura para filtrar por ella mi hechizo de amor, para cautivarte

Viajeros

Mariola (exiliada)  Esta añoranza que me traspasa el alma; esta congoja que se me atraganta mientras despego; este puñado de mi tierra que guardo en un tarrito y que riego con las pocas lágrimas que me quedan; esta barbarie que abandono, esta atrocidad sin nombre, este genocidio fraticida y carnicero; esta sangre que baldea los rincones; esta agonía de no saber si sabré, de mi gente, de mi mundo, de mi vida arrancada de cuajo y que no sé si podré reconstruir tras las cordilleras, allá donde me esperan esos amigos que, antes que yo, enfrentaron este agónico trance con los mismos miedos royéndoles las entrañas.  Nada sé de mi futuro, pero hacia él camino: dos maletas raídas y un álbum de fotos son mi equipaje, y este dolor que me perfora por dentro, sin tregua, sin compasión. La otra mitad de mi vida, mi marido, se reunirá conmigo pronto, o esa es nuestra esperanza, quizá nuestro sueño. Una vida nueva en libertad; libertad…cuánto significado encierra esta sola palabra para tantos y

La Corona II

Los responsables de la campaña para rehabilitar la imagen de la Reina han decido que el método más seguro para que no quede rastro alguno de sus extemporáneos comentarios es darle marcha atrás al reloj y devolver al ignoto universo de la Nada lo sucedido en los últimos días. Procediendo de esa manera esperan eliminar hasta los recuerdos, porque si algo ha pasado no se puede guardar memoria de ello. Pero como no detengan pronto esa inversión temporal van a pasarse tres pueblos y acabarán por devolver a la Reina su virginidad, y nos quedaremos sin saber cómo acabará la ‘separación-temporal-para-reflexionar-cómo-demonio-nos-mandamos-a-tomar-por-culo-guardando-las-apariencias’ que mantienen los Duques de Lugo, porque la Infanta, como es de cajón, no habrá podido nacer de una Reina virgen. Los plebeyos, en cambio, no tenemos esa clase de problemas. Ahí está Jesús de Nazaret, sin ir más lejos, para dar testimonio de ello, claro que mira cómo acabó, que vaya usted a saber si su trágico fina

La Corona

Leo en el periódico El País la noticia sobre el controvertido libro que la periodista Pilar Urbano ha escrito sobre la Reina. Su aparente objetividad se derrite como la cera cuando me doy de bruces con el comentario ‘conocida periodista del Opus Dei’ para referirse a la escritora. Se trata de una observación que está fuera de lugar en el contexto de la noticia y es claramente tendenciosa. Nada nuevo en ese periódico que se afilió incondicionalmente al PSOE y profesa al parecer un equívoco apego a la Casa Real que le lleva a omitir o adulterar ciertas noticias sobre aquella para proteger a ultranza ante el mundo su imagen de familia feliz, paradigma de la familia española. Y es que si es cierto –y hasta el momento nadie lo ha desmentido- que Pilar Urbano se ha limitado a transcribir literal y literariamente el contenido de cientos de horas de conversación con la Reina; si es cierto que ante la menor duda sobre el significado de algún comentario de esta no ha dudado en hacer que se l